UN POCO DE POESÍA POLACA

 

 

 

De "Poesía Polaca del siglo XX"

Julio - Septiembre 1978

Trujillo - Perú

 

(Al lado del nombre del autor coloco su año de nacimiento)

 

 

"(...) Todos estos poetas corresponden a la época entreguerras (mundiales) y creían en el poder salvador e integrador de la cultura(...) Se educaron en una época en que el arte no era una decoración si no un escenario donde tenía lugar un diálogo de valores básicos(...)" 

 

 

 

 

CUAN DIFÍCIL ES PISAR...

 

Cuán difícil es pisar

las grandes caídas

¿Y acabar con los ataúdes ya destruidos

es tarea de los poetas?

 

Cuán fácil es también injuriar

al extraño

escondiéndose tras el muro

de los defensores de la justicia

 

Pero ser cabal

en hora del desdén

levantar la voz

cuando todos los zorros huyeron a sus guaridas

gritar fuerte

cuando murmuran todos

 

¡Ay! qué pocos son

los que son capaces

 

Jaroslaw Iwaszkiewicz (1894)

 

 

 

 

NOTRE DAME

 

¡Y el espacio brotó

de un millón de dedos unidos para rezar!

 

Pero el terror puntiagudo me hundió en su Entraña

Encarnecido y despreciado por las quimeras

con su boca abierta por la lluvia

me pregunto ¿quién soy yo vivo

al pie de los pilares?

Estos muros desprendidos de la roca

resucitan - con sus quijadas de sarcófago

 

¿Quién sacudió estas tinieblas?

¿Quién las plegó, quién las abrazó?

 

Las cruces que cargan a sus Cristos

las convierto en andamios

verticales con sus peldaños

y a mi voluntad igual con el azul

más hondo del cielo,

a mi propia muerte,

¡las clavaré con el rayo

del gótico!

- arriba en la piedra angular

palpita el vuelo atrapado de las flechas -

 

Perduro bajo el trueno de las piedras

que suben siempre, implacablemente,

hasta que de repende el vértigo

no las haga caer desde la cumbre,

revelando su forma de dos torres,

dos torres - dos grietas impedidas

 

¿Quién concibió este abismo?

¿Quién lo expulsó arriba?

 

Julian Przybos (1901)

 

 

 

 

HAY TIERRA ENTERADA DE LA SOLEDAD

 

Hay tierra entera de la soledad

y sólo un surco

 el de tu sonrisa

 

Hay mar entero de la soledad

el ave perdida de tu ternura

vuela sobre él

 

Hay cielo entero de la soledad

y sólo un ángel cuyas alas

pesan tan poco como tus palabras

 

Nosotros parimos a los machos con manos de hierro

sin sonrisa pero con dolor

y con su tierra - oliendo

a hierba cortada bajo el sol de julio

 

En las hondas barrancas de nuestras entrañas

hay nidos de musgo y picos hambrientos

allí se hace cuerpo el misterio de la vida

se sobreponen las capas de la prehistoria

sin que las mencionen las memorias del mundo

 

Por encima de nuestras frentes vuelan

los renacimientos en nuestros ojos

se arrodillan los pensamientos medievos

nosotras - Marías sumisas aceptamos humildemente

la sed de nuestras entrañas, el destino de nuestros brazos

 

Halina Poswiatowska (1935)

 

 

 

 

LAMENTO

 

Me dirijo a vosotros sacerdotes

maestros jueces artistas

zapateros médicos empleados

y a tí padre mío

¡Escuchadme!

 

No soy joven

y que mi cuerpo esbelto

no les equivoque

ni la ternura del cuello blanco

ni la claridad de la frente abierta

ni los vellos sobre los dulces labios

ni la sonrisa querubina

ni el paso elástico

 

No soy joven

que no les conmueva

mi inocencia

ni mi castidad

ni mi debilidad

y simpleza

Tengo veinte años

soy un asesino

soy un instrumento

tan ciego como el hacha

en la mano del verdugo

he matado a un hombre

y con mis dedos ensangrentados

he acariciado los senos blancos de las mujeres

 

Mutilado no he visto

ni el cielo ni la rosa

ni el nido ni el pájaro ni el árbol

ni a San Francisco

ni a Aquiles ni a Héctor

Durante seis años

rascó de la nariz vapor de sangre cálida

No creo en la transformación del agua en vino

no creo en la absolución de los pecados

 

Tadeuz Rozewicz (1921)

 

 

 

 

SÁLVAME

 

Sálvame delas guirnaldas

                                      hora que avanzas

y permíteme alentar

en aquella mi ley

 

Los herreros cansados

nuestras águilas en tierra

arenosa la tierra

aquí sembraremos los huesos y el viento

¡qué duros son los espacios!

 

¡Que la comunión santa sea para la rata

y para esos que están en el camino y en los Cárpatos

los niños estén de regreso

quítales a las aguas mirada!

 

Así en la ropa de la tierra nace el poema

nuestro único acreedor

 

Wincenty Rozansky (1938)

 

 

 

 

 

AMOR

 

Cuatro ramas fulgurando - cuatro labios mordidos

yacen en sí mismos alimentados de silencio.

La madera viva siembra con sus hojas chispas

cubriendo las huellas que olfatea y sigue la bestia

 

Hemos llegado aquí enlazados sobre los hombros

nuestras manos son ajenas, los rostros próximos y lejanos,

y una sonrisa frágil como de agua aprisionada

que de pronto por los agujeros baja huyendo.

 

Caímos dentro del bosque perforados y aún nos hería la hierba

del cenegal; los cabellos chorreaban como sangre sobre los rostros;

en la oscuridad en nosotros deleitándose

 

hasta que pasamos de su garganta a sus intestinos.

Cuando queremos volver hacia la pared del horizonte

el cenegal se relame, chupa el cuerpo con el cual andamos;

gritamos pidiendo una mano;

nos cree el viento; acaso la noche.

 

Boguslaw Zurakowski (1939)

 

 

 

 

POEMA

 

Tocada por tu palabra

                                    Ya vibra en mí el suceso

Soy ola conmovida

                                        Me estrelló en súbita marea

Desbordó todos mis nombres

                                    Con lenguas de mi aliento

Mientras mi piel se abre

                                        Hambrienta de fieles navíos

Tocada por tus manos

                            Ya no sé nada de mí

Soy carne o tal vez fluido

                                Acaso soplo con fuego

No creo que fuera tierra

                                Con terremotos hendida

Sin fuerzas para morir

 

Krystyna Rodowska

 

 

 

 

AQUÍ

 

Aquí cada árbol

es un fuete lacerante

 

aquí cada viento

tiene baleado el cráneo

 

aquí cada pájaro

está vestido con la piel de la cebra

 

aquí cada piedra

está numerada

 

aquí cada camino

está adoquinado de sangre

 

aquí cada palabra

comienza a oler a cuerpo chamuscado

aquí

                            desde cada

                                                            ventana

                                                                                    se ven

                                                                                                        90 mil

                                                                                                                                    asesinados

estoy

en Stutthof

 

en la plaza cercana

mi padre se aprestaba

para la revisión

 

cuando caía la helada

la revisión duraba del crepúsculo al alba

mi padre estaba desnudo

en posición de firme

mojado por el "cappo" furioso

 

bajo la helada el agua se congelaba rápidamente

- los cuerpos humanos escarchados

                                    despertaban la carcajada de

       alemanes

 

en qué pensaba mi padre

cuando vio los rostros festiculantes/SS

seguramente pensó

 

qué se debe hacer

para que no quede tan sólo

el recuerdo del fascismo.

 

Piotr Jerzy Domansky (1949)