INSTINTOS ANIMALES 2

Los seres humanos somos animales territoriales. Es común ver gente disputando un poco de suelo, las raciones de comida o el espacio. Estas cosas se ven incluso dentro de una casa; frases como "no toques mis cosas", "pide permiso antes de entrar", etc no son más que intentos por proteger el dominio personal.

Este comportamiento tiene raíces en el instinto más básico de todos: el de supervivencia. Cuando un animal o una manada de animales elige un territorio lo que hace es elegir el lugar donde estarán sus medios de supervivencia: alimento, agua, madriguera. los competidores son rápidamente desalojados, el alimento es un bien escaso en la naturaleza y debe ser reservado solamente para los hijos o los miembros de la manada. Incluso dentro de una misma manada los individuos pelean por mantener su posición, proteger su ración de comida, la pareja con la que se van a reproducir o el lugar que han elegido para descansar.

El comportamiento humano es exactamente el mismo, pero ya adaptado a  nuestro ambiente. Desde las disputas por dinero hasta quién se quedará con el sillón más cómodo, el animal que no pelea su alimento no sobrevive. Está tan arraigado en nuestros cerebros que ni siquiera lo notamos.

Es este instinto el que incita los celos y el que lleva a los pueblos a la guerra. Se han dado batallas legales entre miembros de distritos vecinos por la posesión de un parque. El que éste se encuentre en un distrito u otro no cambiará nada, el parque seguirá siendo el mismo, sólo va a cambiar en el mapa pero no van a haber prohibiciones de ningún tipo, seguirá siendo cuidado por quienes viven en las inmediaciones sin importar de qué distrito sea, pero a pesar de todo la gente estaba dispuesta a ir a los tribunales sólo porque el parque en cuestión figurara en su distrito en el próximo plano de calles.

Kant soñaba con un mundo sin fronteras ni países, pero tal vez hagan falta otros dos millones de años para anular la irracionalidad de ciertos actos, para que los pueblos dejen de ir a la guerra y la gente joven de derramar su sangre por fronteras que dividen artificialmente la tierra.

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