Disertación final: Moral y Eugenesia

 

Éste fue el tema de mi disertación final para el curso de Liderazgo y Oratoria del semestre 2007-I. Según el profesor, un excelente tema y una de las mejores disertaciones de ese semestre.

El público eran estudiantes de ingeniería, el tipo de personas que no están muy interesadas en temas académicos que traten de sociedad y/o humanidades. La calificación dependía de cómo tratara mi tema para captar la atención del público y hacerme entender. Éste era un público muy especial: muchos no sabían siquiera qué era la eugenesia, y estoy segura que ninguno de ellos ha leído a Nietzsche.

Podía elegir dos estrategias:

1. Intentar conmoverlos: esto suele funcionar y quienes trataron el aborto (un tema demasiado trillado a mi parecer) lo usaron con buenos resultados. El problema es que yo detesto los discursos que intentan conmoverme. Me recuerda a la palabrería de los mendigos y hacen que me hierva la sangre, por ello descarté esta opción.

2. Asquearlos: esto es adecuado para público joven y con escaso interés: llenar el discurso con ejemplos chocantes o indignantes, y puedo decir que me funcionó a la perfección. A la mitad de mi discurso el salón estaba en silencio absoluto, todo el mundo me miraba y nadie se movía. Cuando mencioné la parte de la castración femenina la gente se rió con esa risa nerviosa de quien está a la defensiva. Entonces supe que eran míos. Cuando hablé de la tecnocracia y la eliminación selectiva en función del coeficiente intelectual las risas nerviosas se repitieron. Estupendo.

El profesor nos recomendó hacer nuestros discursos de modo que contáramos una historia. Por ejemplo, quien habó del transporte público contó lo que sufre una persona cualquiera al tomar el micro, viajar incómodamente, etc.

Yo preferí llenar mi discurso con muchos pequeños ejemplos, lo suficientemente sórdidos o indignantes como para mantener en vilo a mi público, y debo decir que funcionó.

Usé un tono de voz imperativo, como el que usaría un profesor dictando su clase a alumnos especialmente inquietos. El ejemplo final de mis discurso (la conversación de la señora con el psiquiatra) fue sacado de una serie de televisión ya cancelada: "Huff". Fue mi manera de terminar: después de narrar hechos crueles, finalizar con algo más humano. El interés de mi público me dio pie a mencionar un poco a Nietszche, pero muy brevemente, porque profundizar en él los aburriría. Por ello una cosa importante a la hora de decir un discurso es conocer al público ante el cual se hablará.

 

Mi disertación Final: Redactada para la web Disertación Final: Tal y como la dije

 

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